Mises, campeones , banderines y fiasco

Como si con tanta flojera económica, demencia general, inflación en la tasa de precios y el número de asesinatos por milla cuadrada no fuera suficiente; para acabar de añadir desgracias al patrimonio nacional, nuestra candidata a Miss Universe se quedó cortada antes de la preliminar.

Esto por consiguiente afecta a un centenar de personas: dueños de franquicias, auspiciadores, empresarios locales con dinero ido al carajo, missologos (esos especialistas en concursos de belleza) y hasta la programación radial. No obstante, lo que realmente se ve afectado es ese orgullo nacional –el mismo que menciona Fiel a la Vega en una canción no muy célebre de su disco "3"*–, ese que saca a piragüeros y merengueros a guisar, que provoca la gritería y se nos olvide la politiquería porque, de nuevo (ya llevamos 5 misses, creo) le dimos en la cara al Universo con la belleza de nuestras mujeres.

Perder internacionalmente en lo que sea le provoca a los isleños una especie de catarsis generalizada, remueve el velo falso de bienestar con el que duermen y les hace recriminar el origen de toda desventura. ¡Que fiasco es esto de ser puertorriqueño! grita con dolor de retirada el puertorriqueño común cuando su candidato a campeón, equipo olímpico o reina de belleza no pasa a la final. Gime así como el adicto a la heroína al sentir los huesos vibrar cuando ya ni la misma droga le ahuyenta el delirio de que "todo va bien" como cantaba Menudo.

Abajo se vino el recibimiento y los banderines de color frente al aeropuerto; las orquestas y la caravana a sus casas. No será día libre oficial. Seguiremos siendo los desconocidos que andan silentes en la espera de que otro reinado, otro campeonato o quizás otro escándalo nos encienda la felicidad y nos recuerde quien carajo somos colectivamente.

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*Referencia al título: "Breve Anecdota De Heroismo Folklorico Del Fin Del Milenio" por Fiel A La Vega.