El año es 1911. La dirección marca el 535 de la calle 56 oeste. Thaddeus Cahill ha pasado los últimos catorce años trabajando en lo que será su última (y obsesiva) invención; el “Telharmonio”. Es una máquina inmensa: mide 60 pies de largo, pesa casi 200 toneladas y posee el aspecto de una planta generadora de energía. Este, es el tercer prototipo del que tanto ha hablado. Los anteriores, de apariencias y tamaños un poco más modestos, no han parecido llegar al punto perfecto de entonación. Cahill, dice que hoy llegará la consagración definitiva.
Durante los años de 1890, Thaddeus Cahill, vivió y trabajó como abogado e inventor “amateur”, en Washington D.C.. En 1893, después de estar jugando con los cables del teléfono, tratando de transmitir música a través de la línea, súbitamente dio con la idea que revolucionaría la música. Pero, ¿cómo amplificar?; si no sería hasta 1931 que los primeros amplificadores estarían disponibles.
Cahill sabía que, si podía transmitir una señal eléctrica lo suficientemente grande y constante a través del cable telefónico, y ataba un cono al final de la línea, la música podría ser escuchada por un público. Pensó, que si podía transmitir música por línea telefónica, sería él, quien controlaría el negocio de música para hoteles, restaurantes e incluso, hogares. El problemita estaba en cómo hacerlo.
Basándose en un sistema multitonal, este visionario, desarrolló “rotores de generación” o “tone wheels” (una especie de alternador cilíndrico) que, al rotar, generaban X cantidad de amperes. La diferencia de amperes proveía la vibración del tono, y manipulado a través de una serie de “sintetizadores” de señal, el sonido, con, hasta treinta y seis posibilidades armónicas, se producía mágicamente. O al menos, eso dice Mark Twain, quien presenció una de las funciones.
Sin saberlo plenamente, Cahill, había inventado al bisabuelo de los sintetizadores modernos.
Claro, como todo gran descubrimiento para el que la humanidad no tiene uso inmediato, su invento pasó con poca gloria; el tiempo del sintetizador no llegaría hasta después de 1935, cuando Hammond introduciría el Hammond Electric Organ. La pobre calidad de cables, las bajas en corriente, y la indisponibilidad de materiales para trabajar, hicieron que, ya para 1916, el Telharmonio, fuera otro dinosaurio extinto. No así, los esfuerzos por fusionar la tecnología con la música; Ferrucio Busoni ya había quedado prendado por la electricidad y el sonido de Cahill.
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3 observaciones:
Interesante...de donde sacastes toda esta cosa.....Ripley?
wikipedia?
Ah!! Esta historia yo la conocía... el Abuelo de los sintetizadores y propulsor de la tecnología de amplificación... simple física.... Gracias por traer de nuevo a uno de los pilares de mi instrumento...
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