No hubo palabras, ni sonrisas, ni llanto, ni salmos silentes bajo la ducha, ni disculpas, ni engaños furiosos al tacto; Inés y yo fuimos dos, los mismos locos dos, insanamente dos.
No se abrió como flor, mucho menos dijo alguna de las mentiras que carga en su caja de cartón, simplemente me quiso como siempre quise que se dejara querer cuando quisiera.
Anoche hubiera podido arrancarle los ojos, quizás, inyectarla con las resinas azules de mi amor tóxico, pero sucedió lo de siempre; soy un iluso para esto de las pasiones enfermizas.
1 observaciones:
Continúa la saga de Inés...Me gusta que Inés cargue sus mentiras en una caja de cartón, que también hace referencia al título del blog.
Me fascina esta oración:"simplemente me quiso como siempre quise que se dejara querer cuando quisiera."
Y continuó en la espera del desenlace...
Post a Comment