Mama said knock you out!

Abuela decía: “un buen cantanzo a tiempo evita situaciones incómodas…” El problema principal es que no todos podemos decir claramente –sin pasionalidad añadida– ahora es cuando; ahora es que hay que repartir caña.

Reflexiono sobre esto horas después del atentado huevario hacia el gobernador Fortuño. Como desplazado por mucho tiempo de las lides laborales comprendo el sentir de muchos; la frustración hace eco del miedo a lo incierto. Es esa falta de incertidumbre entre cuero y carne la misma que le permite, al gobernador, su gabinete, allegados, panzones en el Capitolio y demás arrimaditos, dormir con miras a soñar sin temer la reposeción o el último aviso antes de la pérdida total. ¿Sabe alguno de ellos lo que es acostarse con el estómago lleno y el buzón repleto de cartas de acredores? Lo dudo mucho.

El mítico cantazo de mi abuela, ese que pretendía poner verguenza y hacer de uno ciudadano considerado con todos alrededor, nunca les ha llegado a ninguno de las personas con poder; todos lo han esquivado.

Hoy, gracias a la mala pata traida a causa de reflejos entrenados en canchas de tenis en el Country Club y el sentido de alerta ante la guerra declarada, evitó el destinado encuentro con la agresión de un pueblo que reclama igualdad y un poco de sensibilidad. ¿Pero cuánto tiempo más podrán escabullírsele al creciente descontento?

No lo sé. Hay una frase de mi padre que siempre me ha causado embelezo por lo frías y certeras que son: “podrás correr, pero, tarde o temprano lo tuyo llega”. A mi abuela con pedirle perdón teníamos; sin embargo, me suena a que con un pueblo el son es otro; el perdón, cuando se tiene hambre y el bolsillo vacío, el cantar es menos comodito. Al parecer la guerra comienza hoy. Huevazo contra cojón, 'cause mama said knock you out!

¡Qué pintoresco país!

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"Had I known I was dead
I would have mourned my loss of life"

- Ota Dokan

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