Notas sobre otra notable; Cuarteles de invierno

Soriano, Osvaldo; Cuarteles de invierno. Bogotá, Editorial Norma

1996; Segunda edición. 166 páginas.


En 1976, surge como respuesta a un peronismo agotado y estirado uno de los periodos más sangrientos de la historia latinoamericana; el régimen militar argentino, desencantado por la mala administración gubernamental de la tercera Señora de Perón, instaura su administración. Surge un gobierno de terror, absolutismo y de intrigas; miles son los desaparecidos, miles las muertes inescrupulosas; azota al país la plaga de la sospecha y la eliminación absoluta de toda la verdad que pueda escribirse en un periódico. Muchos fueron los que abandonaron el país en busca de la supervivencia; Soriano no fue la excepción. Ese mismo año se exilia, burlando el destino y quedando con vida para escribir un libro contundente, emocionante y lleno de maestría literaria. Osvaldo Soriano en su libro Cuarteles de invierno, no sólo mantiene el tono ávido y coloquial de sus personajes; transmite –como todo un maestro del relato- con inusitada sensibilidad, la realidad de una época brutal. Cuarteles de invierno, es definitivamente, una novela brutal.

Un boxeador y un cantante de tangos llegan a Colonia Vela (una pequeña provincia de Buenos Aires) para animar una fiesta auspiciada por el gobierno insular. Ambos hombres andan al final de sus carreras: Tony Rocha carga en su esqueleto los malos años sobre el ring, mientras Andrés Galván ha dejado de ser la voz del tango gracias a la modernidad y sus juveniles comentarios políticos. Lo menos que se imaginan, es que ambos se convertirán en monigotes del régimen en la Colonia. Galván, consciente de la insultante manipulación organizada por los “milicos”, intenta tomar su camino, pero por causa de la ingenuidad y el corazón inocente del joven Rocha, queda inutilizado para regresar a casa; inevitablemente, la madeja de intrigas y engaños propuestos por la milicia dominan las acciones y provocan el impresionante desenlace de la novela. Estos personajes dejan de ser “tipos” para ser símbolos de una época triste y barbárica que Soriano plasma con veracidad y genio literario.

El autor pone al servicio del relato su experiencia como periodista; presenta en primera persona una crónica creíble, llena de detalles que sólo puede plasmar en tinta, aquel que ha vivido para contar. Menos como reportero y más como artesano, este escribidor, sitúa los componentes de la historia de manera gentil y provocativamente. Los personajes saltan de la página para grabársenos en el gusto y las ganas por saber el desenlace. Si bien es cierto que la rúbrica de Soriano matiza con opacos destellos de DiBennedetto en El silenciero y Caballo en el salitral, no es menos cierto que la obra de Soriano es original y proviene de un verdadero conflicto interior; después de todo, la historia del siglo XX argentino es una llena de golpes militares y peronismo; para nuestro beneficio Soriano vivió ambos.

Sin duda, existen torcidos caminos que recorrer en ésta búsqueda perpetua de lecturas; esta novela puede pasar sin pena o gloria para el que no la ha leído; no obstante, para aquel que la lea, debe convertirse en uno de esos libros placenteros que se tomará como referencia cuando se hable –libres ya de militares metiches- de literatura latinoamericana contemporánea.

Montmartre, Francia
marzo 2007.


0 observaciones:







"Had I known I was dead
I would have mourned my loss of life"

- Ota Dokan

los más leído hasta hoy...

 

de donde...

hasta hoy...